EL
VALOR ENERGÉTICO DE LOS ALIMENTOS
El valor energético o
valor calórico de un alimento es proporcional a la cantidad de energía
que puede proporcionar al quemarse en presencia de oxígeno. Se mide
en calorías, que es la cantidad de calor necesario
para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de agua. Como su valor
resulta muy pequeño, en dietética se toma como medida
la kilocaloría (1Kcal = 1000 calorías). A veces, y
erróneamente, por cierto, a las kilocalorías también
se las llama Calorías (con mayúscula). Cuando oigamos decir
que un alimento tiene 100 Calorías, en realidad debemos interpretar
que dicho alimento tiene 100 kilocalorías por cada 100 gr. de peso.
Las dietas de los humanos adultos contienen entre 1000 y 5000 kilocalorías
por día.
Cada grupo de nutrientes energéticos -glúcidos, lípidos
o proteínas- tiene un valor calórico diferente y más
o menos uniforme en cada grupo. Para facilitar los cálculos del valor
energético de los alimentos se toman unos valores estándar
para cada grupo: un gramo de glúcidos o de proteínas
libera al quemarse unas cuatro calorías, mientras que un
gramo de grasa produce nueve. De ahí que los alimentos ricos
en grasa tengan un contenido energético mucho mayor que los formados
por glúcidos o proteínas. De hecho, toda la energía
que acumulamos en el organismo como reserva a largo plazo se almacena en
forma de grasas.
Recordemos que no todos los alimentos que ingerimos se queman para
producir energía, sino que una parte de ellos se usan para reconstruir
las estructuras del organismo o facilitar las reacciones químicas
necesarias para el mantenimiento de la vida. Las vitaminas y los
minerales, así como los oligoelementos, el agua y la fibra se considera
que no aportan calorías.